miércoles, 7 de julio de 2010

La comunicación

Alguien entendió como funcionan las llamadas a celulares? Quiero decir, porqué la gente se enoja si no atendés el celular?? Antes no se enojaban si no atendías el teléfono de tu casa!

El 90% de las veces, uno no atiende porque simplemente no tiene ganas de hablar por teléfono. El restante 5% estaba en el baño, durmiendo, con una chica o chico o solamente cocinando. Pero de todos modos la gente piensa inmediatamente “no ME atiende!!, a MI no ME atiende” disparándose todas las teorías conspirativas posibles. Es increíble!! La comunicación no nos iba a unir más???

El justificativo está en que a veces uno no atiende a personas en particular, de modo frecuente, casi cada vez que llama, y además escriben mails que uno nunca contesta, y para peor, uno se ve envuelto en la farsa más falaz del mundo:

- “Te escribí un mail”

- “En serio? Cuándo? Nunca me llegó!”

Esta es la mentira más atroz de todas. Si algo llega en este mundo, son los mails.

Si alguna vez usted escucha esta frase, querido amigo, usted es una persona no grata. No insista, nunca le atenderán el teléfono, nunca le responderán un mensaje… jamás.

jueves, 25 de marzo de 2010

Los Límites

Siempre escuche decir que son necesarios, indispensables, que no llegaría nunca a ser feliz sin ellos, y en muchos casos, me han mirado con cara de león a la gacela y me han dicho: “si seguís, vas a conocer los de mi paciencia”… Señores, llegó el turno de "los límites".

¿Cómo hacen las personas para establecer estas delimitaciones de la conducta? Quiero decir, ¿porqué hasta acá puedo llegar, pero hasta allá no?

Mientras tanto, en el mismo libro donde dice que no es bueno tentar los límites, se habla muy bien de aquellos que pudieron “vencer todos sus límites a pesar de las situaciones”. Y es este en el momento en el que me perdí completamente…

El consenso de los límites esta dado porque todos pensamos que los nuestros son universales: “¡¿Qué ser humano sensato y minado de sentido común (como yo) no vería que este es el límite?!” Pero lo cierto es que todos tenemos límites distintos, no solo entre nosotros, no es novedad que siempre hay uno más sucio que vos, más falopero, más vulgar, más vago, lo que quieras; sino que a su vez, los límites que establecíamos como infranqueables hace algunos días, nos miran asombrados mientras hacemos aquello que juramos por la Biblia no hacer: volver a fumar, a beber, mirar la novia de tu amigo, querer levantarte a la novia de tu amigo o inclusive ¡Despertarte en tu cama con la novia de tu amigo!

Los límites son relativos, cada cual parece contar con su propio kit de límites, rasgándose las vestiduras si otro no los considera; pero en el fondo, no son más que un desafío, una propuesta de marketing. Nada más seductor, atractivo y excitante que el momento justo donde te dijeron por primera vez “¡ESTO NO!”. Ay Dios… ¡es como si le piden a uno que no piense en el color azul! (¿En que color estará pensando en este momento usted, querido lector?). Nadie puede acatar un límite sin experimentar el exceso, sin desobedecerlo, aunque sea una vez!! claro que hay algunos límites que solo se desobedecen una vez, "no toques el enchufe", "no saltes al barranco", "no cruces que viene el tren" en fin, hay un destino que hace aquí su propio juego, pero eso no nos libra de la desesperación congénita por pasarnos de la raya!

Es que en definitiva, algo de razón siempre hubo en la necesidad de establecer límites, aunque solo no sea porque no hay cosa más divertida que sobrepasarlos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Espera

El hombre ha perpetrado casi sin descanso y a lo largo de toda la historia, métodos para generar sufrimiento, torturas de todo tipo, físicas, psíquicas y hasta metafísicas; muchas de ellas muy intensas y otras directamente fatales. Aunque al día de hoy la mayoría están en desuso, existe una que no respeta géneros, razas ni religiones: La Espera.

Admitámoslo, la espera es la tortura más atroz desde que el primer hombre hizo esperar a su prójimo. No hay nada más desesperante, más inhumano, más descarnado que esperar algo o a alguien.

Quién no se ha visto envuelto en una espera alguna vez, y quién no ha dicho o ha pensado, siempre dependiendo de la importancia de lo esperado, “¿Falta mucho? ¿PERO CUANTO FALTA?”

Porque lo cierto es que el dolor físico, aunque también cruel e inhumano, por lo menos es gozado por algunos, no es novedad que hay gente que disfruta con perforaciones, descargas, latigazos y todo tipo de menesteres, ¿Pero esperar? ¿Quién en su sano juicio podría disfrutar de esperar?

Aunque se aplica a todos por igual, claramente existen distintos tipos de espera. En un rápido pantallazo mental encontraremos aquel que espera por 2 horas a que la novia se vista, maquille y arregle; para este caso, lo realmente desesperante es la falta de aviso, ya que ninguna novia que se conozca ha dicho jamás “Te soy sincera, voy a tardar 2 horas”, más bien todas han usado su antítesis “En 5 estoy”, en una clara puesta a prueba de los límites del amor y la paciencia.

La espera del médico con las revistas amarillas, la del dentista con el agravante del torno, la sala de partos, el tren, el colectivo, la lluvia, los 5 minutos antes del recreo, el mozo del restorán, el delivery que “ya salió”, la cola del baño de mujeres, la del cine, la música en espera de los teléfonos, el ascensor, la barrera del tren, el rato antes de darte cuenta que el semáforo no funciona, los piquetes, los embotellamientos de tránsito, todo parece estar confabulado para someternos a una nunca “dulce espera”.

Hasta fíjense lo cruel de nuestra sociedad, que para hacer justicia y penalizar al criminal, primero lo hace esperar sin juicio el “tiempo que sea necesario”, para este caso estoy seguro que el preso aceptaría la golpiza del guardia con una sonrisa si le dijeran solamente “cuanto le falta”, y luego lo encierra definitivamente “a esperar”, ya que queda claro queridos amigos, que las cárceles no son otra cosa que eso, grandes y forzadas SALAS DE ESPERA.

viernes, 12 de febrero de 2010

Pequeñas impunidades de la vida urbana

Vivir en una gran metrópoli es, a veces, condenarse al anonimato. Esto puede parecer existencialismo del barato, pero la verdad del anonimato está en las pequeñas impunidades, esos vicios morales que todos tenemos, sabiendo que por insignificantes no ameritarán reprimenda y cuya víctima, la mayoría de las veces, nunca volveremos a ver.

Para muestra sobra un botón, pero aquí algunas que pude recopilar en los últimos días:

ü El que se cola y no te mira. No entiendo bien, ¿si no me mira se supone que no me doy cuenta? ¡Mi perro hace eso cuando roba comida de la mesa! y les garantizo que él sí cree que si no hay contacto visual no hay crimen!

ü Cuando estornudas y nadie dice salud nunca. ¿Qué pasa con esto? Es solo un deseo de buena salud nada más, ¡No significa que te voy a pedir un riñón!

ü Te chocan en la calle, con el clásico hombrazo, y ponen cara de no pasa nada. Para ilustrar aquí, es la misma cara que ponen los jugadores de fútbol después de un faul, mirando al referí, con las manos en alto, diciendo “ni lo toqué”, mientras las cámara muestran la tibia del contrincante saliéndole de la pierna y atravesando la media.

ü El que te descalza el zapato desde atrás mientras caminás. Esta es inevitable, el mensaje es claro, “correte o te paso por arriba”, es lo que denominaríamos un “atropello peatonal”.

Claro está, que la víctima de estos sucesos, en algunos casos ya harta de abusos microscópicos, estalla en el peor de los arrebatos e inflige la condena más dura, que es el alarido y la avalancha de puteadas en público. En ese momento el planeta entero se da vuelta a mirar, como cuando hay un eclipse, y el criminal queda excluido de su anonimato, de su seguro y bello manto de impunidad, por algunos segundos.

¡Como transmitir en palabras el calor, la vergüenza de esta situación!

De todos modos el justiciero, al final de su ejecución, es inevitablemente calificado de desequilibrado, plasmado en la voz de quizás el único ser humano sensato del lugar, a quien oímos decir “¡Pero che! ¡No es para tanto! Ni que te hubiese pegado un tiro…”

martes, 9 de febrero de 2010

Despedida de soltero/a

Pocas situaciones permiten al imaginario colectivo volar más alto que las despedidas de soltero/a. Todos especulan con qué sucede allí dentro, pero solamente los/as protagonistas conocen qué realmente sucede puertas adentro, creando un pacto tácito de silencio, llevándose ello/as solo/as, como cómplices, los acontecimientos de esa noche a la tumba.

El resto, mientras tanto, da rienda suelta a las más locas suposiciones, que pueden incluir desde fulanos musculosos, consoladores gigantes, orgías, lesbianismo, enanos con látigos y picanas, etc…

Pero a pesar de todo esto existe “la versión oficial”. Aquello que se cuenta, el ATP (Apto para Todo Público), y es aquí donde me gustaría detenerme, porque tanto para las mujeres como para los hombres, esta versión grafique quizás la verdadera voluntad detrás del Sí que darán pocos días después.

El hombre por lo general no está tan dispuesto a casarse, y es por eso que la versión masculina vox populi de la “despedida de soltero” es salvaje e incluye prostitutas masoquistas, amigos atados, cabaret cerrados exclusivamente para la ocasión, y demás.

Y lo mejor del caso, es que los hombres lo reconocen sin tapujos, lo cual sin dudas quiere decir, en el lenguaje de las relaciones humanas, “Mirá mi amor, si querés me caso, pero no te olvides que la despedida de soltero es LA ULTIMA NOCHE DE SOLTERO DE MI VIDA”. Con esto, evidentemente, el novio intenta devolver un poco de presión, ganar tiempo y tomar rehenes en su inevitable carrera al altar, ya que la novia por lo menos lo pensará dos veces antes de seguir insistiendo con los anillos.

Dicho esto me zambullo en “la despedida de soltera”, cuya esencia es exactamente la opuesta que la anterior.

La declaración más oída del género femenino es “las despedidas de mujeres son un embole”. Lo cual no explica el porqué del la prosperidad actual de los nobles strippers, el Tupper sex y el pool dancing, que todos sabemos viven casi exclusivamente de estos eventos.

Es más! En la clásica charla “fuiste al Golden”, todas las chicas a quien alguna vez he preguntado, niegan ser las autoras de los gritos, las obscenidades y los abusos, acusando siempre a algunas “locas”, a quienes dicho sea de paso, nunca tuve la suerte de conocer.

La causa de todo este maquillaje, de esta fachada, de estos rumores, se decanta sola: ellas temen que su “despedida de soltera” eche por tierra tantos años de manipulación, de convencimiento y erosión de la mente del novio para llevarlo al altar!!!

Pero a su vez, de ningún modo se quieren perder su despedida de soltera…en definitiva, para ellas también es “La última noche de solteras”….

miércoles, 3 de febrero de 2010

Debo confesar que nunca me he levantado una mujer

No quisiera con este comentario pecar de falsa humildad ni jugar a la víctima, de ninguna manera, solo quiero desarrollar un punto de vista sobre una de las cosas que más claras creo tener sobre mi relación con las mujeres.

He compartido mi vida entera con mujeres, y admito que no logro comprender en ningún aspecto como son ni que hacen.

Para mi, todo lo relacionado con ellas, sigue siendo un gran misterio.Y en definitiva, quizás sea por este motivo que me siento tan atraído. Todos sabemos que las relaciones son hijas del misterio, y cuando la imagen, la idea que había proyectado de alguien, choca con la realidad, nos cuesta mantener el interés, para no decir que lo perdemos de modo casi inmediato. Es algo así como estar borracho por un rato y de repente despertar al lado del león del Mago de Oz.

Volviendo a mi postulado inicial, nunca me levanté una mujer. En todo caso, y con bastante suerte, las veces que exitosamente he logrado “ligar”, se deben exclusivamente a obra y gracia de ellas.

Ellas tienen muy claro desde antes de siquiera conocerte, si van a estar con vos o no.

Pongamos un ejemplo para ilustar:

Entrás a un bar y desde el otro lado divisas una hermosa mujer con cuya mirada se cruza la tuya. EN ESE MOMENTO, SI SI, EN ESE SOLO INSTANTE, VOS YA TENES EL SI O EL NO.

Desde ahí, hay dos caminos posibles, el del SI, en el cual te acercás y con un mediano protocolo social ella “te deja” pasar la noche a su lado. O el del NO, donde podés ser el chamullero más audaz, con los mejores chistes y anécdotas, que ella no va a dejar siquiera que le toques la mano aunque sea para sacerle una araña.

Y esto, lejos de ser una neurosis particular por parte de ellas (como si lo es el "protocolo") es exclusivamente genético... quiero decir, si por los hombres fuera, la población del planeta se duplicaría en 24hs, menos mal que hay alguien que por lo menos pone un poco de freno y dice NO.

Gracias chicas!


jueves, 28 de enero de 2010

Tu Tía.

Las frases hechas y muletillas son una realidad... todos las usamos, las decimos, muchas veces sin demasiada idea de qué significan ni como aplicarlas y en la mayoría de los casos...sin saber siquiera de donde vienen.

Hace poco vi un video, donde un español decía, en el más fino castizo, "Cógete los cojones Mariloli!"... aparentemente es una frase que usan por allá para demostrar asombro, y evidente resulta la conclusión para cualquier analista, que en España, cuando te sorprendan, mejor que tengas los cojones bien cogidos, sepa Dios cuáles pueden ser las consecuencias de no hacerlo....

Volviendo a la Pampa, me despierta muchos interrogantes saber qué quiere decir, por ejemplo, "Acá no hay tu tía". De donde vendrá? puede "haber tu tía" en algún instante o lugar? Nunca escuché, por ejemplo, decir "Sabés qué? acá sí hay tu tía"!

Que cosas, no?

martes, 26 de enero de 2010

La Liga

Parte del imaginario popular, no sin sobrados motivos, encuadra las conversaciones de hombres exclusivamente en el sexo, su frecuencia, su calidad, sus posiciones y todo detalle que se pueda especificar.... No es que con las mujeres no pase algo similar, pero aquí nuevamente, años de prudente perfil bajo (o siglos) han alimentado la figura de una charla entre mujeres versando sobre temas de cremas, planchitas, moda y demás...

Fue una de estas conversaciones que me dejó pensando en La Liga.

Todos hemos escuchado alguna vez "Ella o él está fuera de tu liga", como diciéndonos "ni en un millón de años, aunque se esté terminando el mundo hoy, te atrevas a encararte a tal o cual porque tenés el NO asegurado".

La Liga parece ser, por lo tanto, uno de esos convencionalismos sociales inevitables que, aunque uno quisiera renegar de ello o transgredirlo, se encarga de hacerse notar como una pared de hormigón armado en el medio de la autopista.

En realidad, parece que todos tenemos una categoría que nos viene de Dios sabe donde, y que de antemano ya fija qué tipo de humano te corresponde, con que nivel de belleza y dinero, si buen culo, buenos abdominales o buenas gomas, y en la mayoría de los casos, un combo de todo. Quiero decir, “tiene una cola increíble pero es medio narigona” o “tiene pancita pero por lo menos no es pelado”; en fin, uno va buscando a su vez, dentro de su liga, lo mejor que puede encontrar, y piensa “por lo menos voy a sacar el mayor provecho posible de esta situación”.

Obvio que la liga tiene, como todo en este mundo, pequeñas particularidades que desafían esta norma social establecida. ¿Quién no ha visto alguna vez personas en pareja de dos ligas distintas? Tanto es así que hasta se ha establecido una frase de conocimiento público que claramente grafica tal suceso, la famosa “Ley del Embudo”.

Tratando de sumergirme en las eventuales causas de este esperanzador fenómeno, caigo con la siguiente lista aunque aclaro que está lejos de ser exhaustiva:

  • Feo pero con guita (inmortalizado en “billetera mata galán”)
  • Feo pero con Audi (no sabemos si tiene guita, pero parece que si…)
  • Mujer hermosa con la autoestima destrozada (aquí aparece el clásico error de “confusión de liga”)
  • Mujer no tan hermosa pero con potencial (la conociste en tu liga pero en 2 años se puso increíble, una especie de inversión a mediano plazo)
  • Mujer que vive lejos del mundo y no se ha enterado aún que está súper buena (¡Bingo!)
  • Mujer que te conocía de chiquito y en la cual despertás aún cierta ternura (que obviamente existe solo en su mente)
  • Gran pene (suposición masculina, no comprobado aún científicamente)
  • Enamorados perdidos ( aquí ninguna regla se aplica)

lunes, 25 de enero de 2010

Algunos primeros grandes pasos...

Tener un hijo, donar un órgano, plantar un árbol y ESCRIBIR UN BLOG.
Estos parecen ser los imperativos de la época en que vivimos, y como no puedo esquivarlos todos, creí que empezando por acá iba a matar el pájaro más fácil, aunque me doy cuenta que no puede ser de un solo tiro...
La pregunta más obvia, creo para todo humano que intenta vertir algunas de sus pobres, míseras experiencias aquí, es ¿Para qué me solicitan tantos datos? ¿A quién realmente le resulta relevante que yo sea de Libra y Mono? y en todo caso, y esto quisiera remarcarlo:
¡¿Quién está en condiciones de decirme qué relación existe entre lo que escribo acá y mis signos zodiacales?!, qué conclusión pueden sacar el lector de ello??!!!¡¡¡Por el amor de Dios!!! Me imagino algo del tipo "Como los planetas se alinearon en Marte y Saturno, y el Mono en el horóscopo Chino es la suerte, es fácil entender como este primate que debería estar sacándose piojos con sus amigos y parientes aprendió el uso de una computadora..."

Debo confesar, y creo que en la voz ausente de todos quienes tienen un loquesea.blogspot.com, que escribo esto con la secreta y vil intención de hacerme rico y dejar de laburar. Si si, fantaseo con ser uno de esos "casos especiales" que cuentan "a ese, lo descubrieron a través de su blog y automáticamente le dieron 5 millones de dólares porque su vida era tan interesante que 4 millones de personas diarias perdían la mitad de su mañana siguiendo sus comentarios". Ese y no otro es mi sueño escondido tras estas palabras: que usted (o vos) estimado lector, juzgue mi vida lo suficientemente interesante como para que otro vea oro donde yo solamente veo palabras y anécdotas patéticas... asi que aviso... nada de lo que lean aquí será de ninguna utilidad para sus vidas, y quizás, solo con mucha suerte, estas vergüenzas que cuento puedan en algún momento arrastrarme al éxito, o por el contrario, conseguir solamente que me haya expuesto como un zoquete en vano para su deleite.....

Cheers!

Tim