miércoles, 18 de diciembre de 2013

Buena Suerte

Alguna vez leí en algún lado que “la suerte es cuando la oportunidad se encuentra con la capacidad”. Uff, como explicar el impacto que tuvo en mi cerebro primate tamaña definición! Simplemente no lo pude creer, las dos variables más azarosas de la física deben mezclarse y sincronizarse para que uno tenga un mísero golpe de suerte!
Si uno no presta atención y no es oportuno, por más capacitado, preparado, calificado que esté para aquello que espera, puede pasarse tranquilamente la vida sembrando melones. Y viceversa, en este momento, mientras escribo, puedo estar sentado sobre la idea del millón y mi falta absoluta de tino me impide verlo.

Además, no hay nada más subjetivo que la “capacidad”. Todos fuimos tachados alguna vez de incapaces, y por personas distintas, que en muchos casos, en un ataque de reciprocidad y revancha, consideramos incapaces también! Definitivamente nadie es absolutamente capaz en absolutamente nada, por ende, debemos aceptar la idea de que, por más oportunidad que haya, nuestro nivel de imbecilidad no nos permitirá surfear esa preciosa ola hacia el éxito.

Por otro lado, no hay forma a ciencia cierta de determinar si uno está en presencia de una oportunidad. Es categóricamente imposible. Cuál es el tren que debemos tomar? Cuándo sabemos que es el último? Donde establecerán los druidas que uno está dejando pasar, ignorante hasta de lo que ignora, la perfecta chance de dar de una buena vez con sus sueños y fantasías?

A su vez, como si el destino no fuera lo suficientemente esquivo, las reglas parecen aplicarse en forma despareja. Todos en algún punto envidiamos la suerte del alguien, y justificamos su existencia entera en algún hecho fortuito, cabe decir, la mina por el auto, la guita por la herencia, el ascenso por su total carencia de escrúpulos y en muchos casos adjudicando injustamente poderes sexuales de toda índole propinados a sus superiores. Todo, todo, todo en lugar de talento.
 La voluntad, inmortalizada en la frase “Persevera y triunfarás”, se ve hecha añicos contra el combo “oportunidad y capacidad”. Imaginen al pobre fulano que compró ese buzón… el tipo se juega la vida al quini cada santo día, y nadie le dice que no dependía de la voluntad, sino solo de dos mezquinas categorías derivadas de Mefisto sabe dónde.

Creo que en algún punto yo debo haber confundido los términos. Digo con esto, y esperando no cometer un nuevo error, que he forzado la interpretación de esta frase y la humanidad entera me estaba dando señales de ello, desoídas claramente por mi falta de madurez. Es muy evidente que en la definición que traté de explicar, cuando se habla de “oportunidad” en realidad se refiere a “oportunismo”, y a su vez, “capacidad” no es ni más ni menos que “ser capaz de cualquier cosa”, léase carecer absolutamente de principios. Ahora sí! Vé que claro queda querido lector? Si somos oportunistas y capaces de cualquier cosa, nada le dejaremos librado al azar, y tal es así que todos los ilusos que esperan el tren de la suerte estudiando y preparándose, al vernos pasar, verdes de rabia, dirán: “Pero que suerte tiene este hijo de perra!”.

1 comentario:

  1. No sé si el la receta para tener suerte o para ser un soret... jajjaja
    Excelenteeeeeeee!!!

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